La gestión del mildiu en los cultivos de vid requiere de estrategias de tratamiento eficaces, que se dividen en prevención y curación. Dos enfoques complementarios permiten mantener la salud del viñedo y minimizar los daños.
Prevención Eficaz
La adecuada prevención del mildiu resulta crucial para evitar su propagación. Existen diversas prácticas que ayudan a reducir el riesgo de infecciones.
Métodos agronómicos y podas en verde
Implementar un manejo agronómico adecuado, como realizar podas en verde, facilita la circulación del aire y la reducción de la humedad en el follaje. Este control de la humedad disminuye las condiciones favorables para el desarrollo del hongo. Se sugiere una limpieza regular del viñedo para eliminar restos vegetales que puedan albergar oosporas.
Selección de variedades resistentes
Optar por variedades de vid que sean más resistentes al mildiu es una estrategia efectiva. Estas variedades, al presentar menor susceptibilidad, ofrecen mejor rendimiento y menor riesgo de pérdidas durante las temporadas de alta presión de la enfermedad.
Productos de acción preventiva
El uso de fungicidas de contacto preventivos es una opción recomendable. Aplicar estos productos antes de la aparición de síntomas crea una barrera protectora sobre las hojas, evitando la germinación del hongo. Es importante seguir las indicaciones del fabricante para asegurar su efectividad.
Tratamientos curativos
En situaciones donde ya se ha establecido la infección, es necesario aplicar tratamientos curativos de manera oportuna para mitigar los daños.
Fungicidas penetrantes y sistémicos
El uso de fungicidas penetrantes permite que los productos actúen en el interior de la planta, ofreciendo protección durante un periodo más prolongado. Por otro lado, los fungicidas sistémicos se integran en la savia de la planta, permitiendo su acción sobre zonas no tratadas inicialmente y proporcionando una solución más completa a la enfermedad.
Acción curativa ante infecciones establecidas
Frente a infecciones ya visibles, es crucial actuar rápidamente. Se recomienda la aplicación de fungicidas sistémicos que son capaces de erradicar la infección. La eficacia de estos tratamientos dependerá de la rapidez de la intervención y de la severidad de la infección.